Monumento a la prostitución de Vancouver

Monumento a la prostitución de Vancouver

Autor: Aritz
| Fecha de publicación: 19 de octubre de 2021

Ignoradas por la sociedad desde siempre, vilipendiadas e insultadas por su propio oficio, como si ante todo no fuesen también personas, como todos nosotros, las prostitutas han sido marginadas en prácticamente todas las épocas y culturas. Ofrecer servicios sexuales a cambio de dinero sigue siendo hoy en día algo muy mal visto, a pesar de las nuevas ideas de liberación sexual que empiezan a ganar terreno. Lo más increíble de todo es que a pesar de las persecuciones, de todo lo que les ha caído encima, las prostitutas siempre se mantienen en pie. En cualquier país, en cualquier región, encontrarás mujeres que ofrecen este tipo de servicios. Porque allá donde vayamos habrá demanda, y si la hay, también habrá oferta, incluidos esos países donde este tipo de servicios son ilegales y están incluso perseguidos. Uno de ellos es Canadá, precisamente el lugar donde se ha levantado un monumento hacia estas prostitutas.

Y es que en la ciudad de Vancouver tuvo lugar en los años 80 un deshonroso episodio por el cual cientos de profesionales del sexo fueron expulsadas de uno de sus barrios, el famoso West End. Era un barrio que había crecido mucho en aquella época, y que se había convertido en un gran distrito comercial y de negocios. El sitio idóneo para que estas trabajadoras sexuales encontraran a sus mejores clientes. Sin embargo, en busca de mejorar la “decencia” del lugar, el ayuntamiento prohibió a las chicas ofrecer sus servicios en estas calles, expulsándolas del barrio. Se creó incluso una ley, que fue refrendada por los tribunales locales, y se expulsó a las mujeres a barrios de la periferia, mucho más peligrosos. El resultado fue nefasto, y las violaciones, agresiones e incluso asesinatos a prostitutas aumentaron muchísimo en esa época. Hoy, casi cuarenta años después, el propio ayuntamiento de Vancouver ha querido entonar el mea culpa para pedir perdón a las trabajadoras sexuales por todo aquello. Y no ha sido solo con palabras, porque se las lleva el viento, sino con un monumento que ya luce en una de las plazas más populares del barrio.

El monumento

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Si vas a Vancouver y  te internas en el bullicioso West End buscando una estatua o un gran obelisco para conmemorar este monumento, seguramente te lleves un chasco. El memorial se ha construido en forma de farola, eso sí, con muchos detalles que la hacen destacar sobre el resto en la plaza donde se ubica. Por ejemplo, su base es más amplia y está decorada con varias inscripciones, que recuerdan el motivo del levantamiento de este monumento. La farola termina en una cúpula que podría ser como la de cualquier otra, solo que se ilumina con una luz roja, un color insigne para este tipo de trabajadoras. Algunos pueden pensar que no es gran cosa, pero como suele ocurrir con los regalos, lo que importa de verdad es el detalle, y en Vancouver este monumento es todo un hito.

Ubicación y mensaje

Otra de las cosas que más sorprenden a los turistas y visitantes que se topan con el monumento desconociendo su historia es que está ubicado delante de una iglesia. El templo anglicano es, además, uno de los que más ha luchado por el levantamiento de este memorial. La historia puede sonar muy extraña, porque normalmente la iglesia y las trabajadoras sexuales no suelen llevarse excesivamente bien. Sin embargo, la modernidad de esta comunidad, regida por una reverenda, les permitió entender que lo ocurrido en el West End con las prostitutas en los 80 estuvo muy mal. De ello, la propia comunidad religiosa ayudó a impulsar la construcción del monumento, y estuvo en su inauguración, donde se llegó a afirmar que “Jesús era un buen amigo de las trabajadoras sexuales”. En su base, el memorial recuerda lo ocurrido con las prostitutas en los 80, a modo de disculpas.

Inauguración

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El monumento se levantó en el año 2016 y fue inaugurado a finales del mismo, en una de las zonas más bulliciosas del West End de Vancouver. Un lugar de tránsito continuo, donde este memorial luce especial bien, en recuerdo del honor de aquellas mujeres que fueron expulsadas de la zona. El memorial no solo fue impulsado por asociaciones o por la propia Iglesia Anglicana del West End, sino que el propio ayuntamiento de Vancouver tomó cartas en el asunto. Con la intención de remediar lo ocurrido casi cuatro décadas antes, algunos concejales de dicho ayuntamiento estuvieron presentes en la inauguración y leyeron discursos sinceros, pidiendo perdón por la situación de las prostitutas en aquella época. Hoy por hoy las cosas son muy distintas, pero es cierto que este monumento tampoco ha traído una visibilización real para el problema de la prostitución.

Un homenaje a las trabajadoras sexuales

De hecho, el monumento tiene más bien otro mensaje, el de sanar la herida abierta en los años 80 con la expulsión de las prostitutas del barrio. Se trata de un homenaje más que merecido, sin duda, pero también, en parte, un brindis al sol por parte de una comunidad que tal vez hoy sea más tolerante, pero sigue sin darle a las prostitutas las oportunidades que se merecen. La situación generada en los años 80 en este barrio provocó, de hecho, mucha polémica y división entre los propios ciudadanos, y todavía hoy hay muchas personas que ven este monumento como un agravio a su propia moral. Sin embargo, el homenaje a las prostitutas está más que justificado desde el momento en el que se las reconoce como personas con sus propios derechos, como todos los demás.

Otros monumentos que homenajean la profesión

Vancouver estrenó este monumento en 2016, y aunque es el primero de su índole en la blanca y familiar Canadá, no es, ni mucho menos, pionero en todo el planeta. Hay otras ciudades que también han erigido monumentos e incluso estatuas en conmemoración de las prostitutas. En Dublín, por ejemplo, encontramos la estatua de Molly Malone, una joven pescadera que, según se cuenta, también ofrecía sus servicios como amante, y que fue inmortalizada por canciones y también por este monumento, uno de los más queridos de la ciudad. En España, en una carretera cercana a Castro de Sanabria, encontramos una extraña escultura en piedra con tres mujeres de ropas sugerentes. Su localización, apartada de cualquier núcleo de población, nos hace pensar en un monumento “involuntario” hacia este trabajo. Y por supuesto, tampoco podía faltar una estatua dedicada a las prostitutas en Ámsterdam, la capital del vicio y el sexo en Europa. Ubicada en el barrio rojo, la Belle se ha convertido en todo un símbolo para la ciudad desde su inauguración.

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